Intolerancia

Desmesura.

El aire olía a fiesta. Pero no había nada que celebrar. La pólvora impregnada en el ambiente no traía sensaciones de júbilo y jolgorio, sino de tristeza y desesperación. Nadie se explicaba lo ocurrido y todo el mundo sabía el por qué.

Todo había empezado con un estúpido e irrespetuoso comentario de unos vecinos de Valdezote, calentitos por el vino, sobre los habitantes de La Calzada. Días más, tarde, esos mismos capullos, envueltos en su habitual traje etílico, se habían meado, delante de todo el mundo, en la puerta del Ayuntamiento de La Calzada. El Ayuntamiento, en lugar de denunciar a los borrachos, acordó mandar una carta al periódico de la provincia en la que, con estilo y mucha ironía, describía a los vecinos de Valdezote como huraños, borrachos, sucios y analfabetos. Los vecinos de La Calzada se reían de los de Valdezote a la menor ocasión. En mayo habían aparecido pintadas en Valdezote con dibujos de asnos con una boina calada hasta el hocico. En las fiestas, las macetas que adornaban la puerta de la iglesia, habían amanecido en mitad del arroyo. Los letreros de la carretera que indicaban la entrada a Valdezote habían sido tuneados de forma que ahora indicaban “ZOTES”. La cosa había llegado al punto de que un chaval que vivía en Valdezote, pero sus padres eran de La Calzada, había recibido varios puñetazos por unos encapuchados, una noche de Octubre, cuando regresaba desde La Calzada. La gota que había colmado el vaso fue el corte de la goma del combustible del coche de Jacinto, vecino de Valdezote y de un carácter “impulsivo”, aparcado en la acera de la casa del médico. Jacinto había acudido con su mujer por un dolor abdominal. El médico, tras hacerle la exploración, le había dicho a Jacinto que se la llevara al hospital porque parecía una apendicitis. El coche se le paró en mitad de la nada por falta de gasolina y su mujer tuvo una perforación del apéndice que la llevó a la tumba.

El humo salía de la escuela de La Calzada. En el aire, un intenso olor a pólvora. El ambiente, espeso, como una tarrina de gelatina. Jacinto era pocero y manejaba explosivos. La venganza se había servido desmesurada, en un plato muy frio y en un ambiente demasiado tórrido. La escuela había volado, con todos los niños de La Calzada dentro.

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La religión no ha asesinado 17 personas en Francia. En todo caso la intolerancia, el fanatismo, el fascismo y una mala educación será la causante de esta tragedia.

Cuanto más cosas nos cuentan, más incertidumbre tengo sobre los sucedido en Francia. Ayer me enteré que Willy Toledo había puesto en duda, no que hayan muerto los periodistas de Charlie Hebdo, sino que el “tiro de gracia” al policía en la acera es un montaje. Yo vi el vídeo en la tele a las pocas horas, sin pixelar, y no puedo asegurar lo que dice Willy, pero lo curioso es que ese mismo argumento lo leí en Facebook a una persona que nada tiene que ver con Toledo, apenas tres o cuatro horas después del atentado.

Hay muchas cosas raras en el caso. Los asesinos, se dejan los DNIs en el asiento de uno de los coches que abandonaron. Se suicida el policía encargado de la investigación. De pronto, aparece un cuarto terrorista en un supermercado (y eso que sólo eran dos, luego tres y después, ni sabemos). Es la primera vez que dirigentes europeos se suman a una manifestación. Ni siquiera, cuando en España murieron cerca de 200 personas en los trenes, se montó internacionalmente tanto revuelo.

La derecha ha emprendido una radical campaña contra el islam. Dicen que es la causa de la violencia. Y no. La causa, insisto, es la intolerancia, el fanatismo y el querer que los demás piensen y hagan lo que tu quieres. El puñetero empeño en salvar a los demás, cuando no necesitamos que nadie nos salve. En eso consiste la libertad. En que, cada cual haga lo que desee sin molestar al prójimo. Y para eso, lo mejor, lo ideal, sería que cualquier atisbo de religión se practicara en la intimidad. Es verdad que muchos musulmanes ponen el grito en el cielo porque en las escuelas se da carne de cerdo para comer. Es verdad que se quejan cuando no se les permite llevar pañuelo o velo en la cabeza dentro de una escuela. Pero no es menos verdad que el cristianismo ocupa calles y plazas públicas en occidente. No es menos verdad que la iglesia católica, en España, recibirá en 2015, más de 13 millones de euros al MES, de los impuestos de todos los españoles. No es menos verdad que en España, en 2012, el centro ultra y ortodoxo Tomás Moro, llevó a los tribunales a Javier Krahe por cocinar un cristo en un cortometraje (“¡FICCIÓN1”) rodado 35 años antes. No es menos cierto, también, que Leo Bassi, fue imputado en 2011 por disfrazarse en Valladolid de obispo y repartir condones. Al propio Leo Bassi, le pusieron una bomba en 2006 en una de sus representaciones en el Teatro Alfil. Atentado que fue truncado por un acomodador, y que de haber explosionado la bomba casera, hoy estaríamos hablando de algo tan trágico como el 11-M o como lo de París. Tampoco es menos cierto que este servidor y el propio Leo Bassi y otros miles de personas, sufrimos el partidismo policial en una manifestación LEGAL de ateos durante el encuentro mundial de las juventudes católicas de 2011. Estos, los católicos, en una contramanifestación, no autorizada, cortaron la salida de la calle Carretas a Sol, sin que la policía hiciera absolutamente nada, provocando un tapón que podría haber tenido consecuencias, si por ejemplo, alguien hubiera tirado un petardo o se hubiera dado una falsa voz de alarma. Y por último, no debemos olvidar que en el Código Penal Español, el artículo 525 castiga cualquier tipo de “OFENSA” al sentimiento religioso. Cierto es que, hasta ahora, no se ha condenado a nadie por este delito. Pero estando en el Código Penal, sólo hace falta un juez bobo, ortodoxo y meapilas para que ocurra. Por no hablar de las palabras del Ministro fascista del OPUS, que se llena la boca para hablar de tolerancia, libertad de expresión y esencia de la democracia, mientras nos «regala» la ley mordaza o mientras manda a la policía a luchar contra el pueblo en lugar de ir a protegerle.

Con esto, no quiero decir que la intolerancia cristiana sea peor que la de los islamistas. Son iguales. Como lo es la intolerancia del estado terrorista de Israel y no tiene nada que ver con su religión, sino con sus intereses económicos en los territorios ocupados.

Y he ahí, el quiz de esta cuestión. La violencia, no tiene que ver con la religión en si, sino con la intolerancia, el fanatismo, la ignorancia y la cerrazón. Cuando Israel masacra a los palestinos, no lo hace por cuestiones religiosas, sino para quedarse con su territorio. Cuando Estados Unidos financiaba a Bin Laden, no lo hacía para expandir o contraer el Islam, sino para que luchara contra los comunistas en Afganistan y así quedarse con este país estratégico. Cuando Francia bombardea Mali, no lo hace para acabar con los radicales de Al-Qaeda, sino por intereses económicos. SI Estados Unidos calla cuando en Arabia Saudí se juzgua como terroristas a dos mujeres por conducir un vehículo, no es porque no quiera meterse en problemas internos de Arabia, sino porque le interesa que este país sea su aliado en esta guerra subterránea que ha emprendido contra Rusia, Venezuela o Irán intentando arruinar a estos países con la bajada del petróleo.

La gente debería preguntarse qué interés tiene Arabia Saudí en financiar mezquitas en Europa. Mezquitas que luego llena de Imanes intransigentes que difunden el mensaje de la guerra santa, el de la violencia hacia las mujeres y el de la intolerancia.

La libertad religiosa debe ser absoluta. Siempre que desde las iglesias, sinagogas o mezquitas no se difundan mensajes contra los derechos humanos, contra la libertad o contra la democracia. Y siempre que su práctica sea en privado.

Por tanto, todo esto sucedido en Francia, no es consecuencia de la maldad del Islam, sino de la maldad del hombre. Y tiene toda la pinta de que va a servir de excusa para una nueva guerra en Oriente. Una guerra, que por supuesto, no tiene nada que ver con la religión, sino con la economía.

Estamos en un mundo dominado por gentuza que usan las excusas religiosas y a los peones fanáticos, como correa de transmisión para difundir y hacer de sus intereses, los nuestros.

Despertemos ya.

Al hilo de esto, encontré esto en twitter que le viene al pelo:

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